Stefan y Maléfica se convirtieron
en algo más que a amigos.
Y por un tiempo parecía como si,
el antiguo odio entre los hombres y las hadas
había sido olvidado.
Como la amistad lentamente
se convertiría en algo más.
Y en su decimosexto cumpleaños,
Stefan dio a Maléfica un regalo.
Un beso, y le dijo que era un beso de amor verdadero.
Pero no iba a ser así.
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